Si quieres escribir bien, aprende a leer mejor.

Todas las buenas historias tienen en común algunos ingredientes. Si quieres saber cuáles son, los tienes en este vídeo.

Y, si piensas que las historias se cocinan solo a base de inspiración, sigue leyendo. 

Encuentra un sitio cómodo, sírvete un café —o lo que prefieras tú—, y no te vayas muy lejos. No te daré fórmulas mágicas, pero quizá logre cambiar tu forma de leer… y de escribir. 

Me llamo Eli Marqués. Soy nefróloga y escritora, y desde hace años doy clases de narrativa: en la escuela de arte y literatura 221B y en mi propio taller online.

Hace más de diez años, cuando comencé mi formación como residente de nefrología en el hospital, recibí una lección que aún me acompaña: que a hacer, solo se aprende haciendo y viendo hacer a los otros. 

Por eso, cuando se trata de escribir, estoy convencida de que el primer paso debería ser, siempre, la lectura.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de leer?

¿Vale realmente cualquier cosa?

¿Existe, como dirían algunos, una distinción verdadera entre libros buenos y malos?

La respuesta a estas preguntas es más sencilla de lo que, en principio, puede parecer. Y es que —para mantener el tono culinario—, del mismo modo en que, cuando comemos, hay algunos platos que nos gustan más que otros, cuando leemos ocurre que con ciertas historias disfrutamos más que con otras, y que algunas son más fáciles de olvidar. 

Claro que el paladar se entrena. Aprendemos a reconocer y apreciar ciertos sabores a base de probarlos.

Y, aunque las combinaciones son infinitas y no existe una receta infalible, llevo años analizando los textos que han demostrado funcionar. De esta observación minuciosa he logrado destilar una serie de elementos comunes que, si bien no garantizan el éxito, son indispensables: su ausencia suele ser el camino hacia el fracaso.

Mi objetivo es el siguiente: que desdramatices la literatura y comiences a concebirla como lo que es. Un oficio. 

Para ello, cada semana envío un correo literario donde comparto mi experiencia como lectora y creadora de ficciones. De este modo, puedes acompañarme en el camino y trabajar conmigo el músculo narrativo. 

Mientras tanto, para abrir boca, aquí tienes un vídeo en el que te cuento cuáles son esos ingredientes indispensables. Conocerlos te coloca en posición de ventaja.